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Archiduque Francisco Fernando de Austria

El archiduque Francisco Fernando Carlos Luis José María de Habsburgo-Lorena nació el 20 de noviembre de 1875 en Graz, Austria. Fue su asesinato el que impulsó el comienzo de la Primera Guerra Mundial, a pesar de haber sido solo la punta de una trama geopolítica compleja, que conllevó a la mayor pérdida de humanidad de la historia.

Francisco era el hijo mayor del archiduque Carlos Luis de Austria, que había ascendido al trono después de un suicido trágico. El príncipe Rudolf se había quitado la vida y le había dejado el trono al archiduque mayor, pero el archiduque Luis murió unos años después, por fiebre tifoidea. Entonces, Francisco ascendió al trono. Su primo, el duque Francisco V de Módena, le había dejado una suma considerable de dinero a sus jóvenes once años, convirtiéndolo en una de las personas más ricas de Austria, así como, también, en el nuevo líder.

A pesar de tener la gran responsabilidad de dirigir uno de los países más importantes de Europa, Fernando encontró tiempo para hacer lo que le gustaba, como viajar hacia India, Australia y Japón. Era muy fanático de la caza y anotaba todas sus piezas cobradas. Se atribuyó un estimado de trescientas mil víctimas. Ganó cientos de miles de trofeos de caza. Otra de sus grandes pasiones era cuidar y agrandar su colección de antigüedades.

Francisco Fernando, como muchos de los hombres que estuvieron a cargo, se unió de joven al ejército austrohúngaro. Lo ascendieron rápido y pasó de ser teniente, a los catorce, a ser teniente general, a los treinta y uno. Todavía soltero, conoció a la condesa Sofía Chotek en Praga, en 1894. Aunque Sofía no podía casarse con el archiduque, Fernando estaba tan enamorado que mantuvieron una relación secreta a través de cartas, y él se negaba a casarse con otras mujeres.

En 1899 recibieron el permiso para casarse, con la condición de que sea un matrimonio morganático, lo que significaba que Sofía no tendría los derechos que cualquier esposa de un archiduque hubiese tenido. Sus hijos tampoco podrían estar en línea al trono. A pesar de ser ese el acuerdo, tuvieron cuatro hijos: la princesa Sofía María de Hohenberg, el duque Maximiliano de Hohenberg, el príncipe Ernesto de Hohenberg y un hijo no nato.

Algunas perspectivas históricas interesantes se escribieron sobre Francisco Fernando como persona. Michael Freund lo describió como «un hombre de energía sin inspiración, oscuro en apariencia y emoción, que irradiaba un aura de extrañeza y proyectaba una sombra de violencia e imprudencia… una verdadera personalidad en medio de la amable inanidad que caracterizaba a la sociedad austriaca del momento». Su interés en la caza era considerado excesivo, incluso comparado con los estándares de la nobleza europea. Puede que haya sido su mecanismo para enfrentar la pérdida de su padre y de su primo de tan joven. Con respecto a la religión, Francisco Fernando era Católico Apostólico Romano, lo cual debe haber sido una imposición familiar, más que una decisión.

Con respecto a la política, ha habido muchos desencuentros en la comunidad historiadora sobre los puntos de vista políticos de Francisco Fernando. Algunos dirán que era bastante liberal, mientras que otros creían que, al ser católico, era conservador. Y como esto no fuera suficiente, otros dicen que era centrista dinástico. Apoyaba la idea de darle más autonomía a algunos grupos étnicos del Imperio Austriaco y consideraba sus reclamos, particularmente los de los checos de Bohemia y los de los pueblos eslavos del sur, que se encontraban en Bosnia y en Croacia.

Sin embargo, Francisco no fue magnánimo con los húngaros. Los describía como «una turba, a pesar de que fueran ministros o duques, cardenales o burgueses, campesinos, húsares, sirvientes domésticos o revolucionarios». Esto, por supuesto, era una generalización burda. Sus consideraciones derivaron de que él se había sentido amenazado por este pueblo, porque creía que el nacionalismo húngaro intimidaba a la dinastía de Habsburgo. También sentía que no se podía confiar en la rama húngara del ejército austrohúngaro y que, potencialmente, iban a ser una amenaza, así que no apoyó financieramente a la formación de unidades de artillería húngaras.

En la agonía de las tensiones crecientes mundiales, el archiduque Francisco Fernando fue asesinado el domingo 28 de junio de 1914. Gavrilo Princip, de diecinueve años, les disparó a él y a Sofía en Sarajevo, la capital de Bosnia-Herzegovina. Gavrilo era miembro de un movimiento juvenil separatista de ideales yugoslavos, con corte anarquista, conocido como Joven Bosnia.

Princip era solo uno del grupo de asesinos organizados, armados por la Mano Negra, que era un grupo terrorista que quería unir a todos los territorios de mayoría eslava, que no pertenecían a Serbia o Montenegro. Mientras estaba en su coche, Princip le disparó a Francisco Fernando en el cuello y a Sofía en el abdomen. Al ser muy joven para recibir la pena de muerte, Princip fue sentenciado a prisión perpetua y murió de tuberculosis, solo tres años después.

El 28 de junio, el día del asesinato, fue significativo por varias razones. Primero, era el aniversario de bodas de Francisco y Sofía. Segundo, ese día era el aniversario de la primera batalla de Kosovo, de 1389, el día en el que, en la edad media, Serbia había sido derrotada por los turcos. A pesar de que no fue hasta la segunda batalla de Kosovo, de 1448, que Serbia perdió su independencia, el 28 de junio era un día significativo para los nacionalistas serbios. Por eso habían decidido hacer una demostración en contra del poder imperial austríaco, en Bosnia.

Como dice el dicho, Roma no cayó en un día. El asesinato del archiduque se considera el comienzo inmediato de la Primera Guerra Mundial, pero ya había tensiones políticas mundiales. Su asesinato debe ser combinado con la carrera armamentista, el imperialismo, el nacionalismo, el militarismo y el sistema de alianzas. La Primera Guerra Mundial comenzó un mes después del asesinato, debido a la declaración de guerra de Austro-Hungría contra Serbia.

Francisco Fernando fue sepultado en el Palacio de Artstetten, en la Baja Austria, junto con su amada esposa, Sofía.

Debe ser impresionante ser la causa del comienzo de una de las peores guerras del mundo, pero, como pueden ver, Francisco Fernando no solo fue rico económicamente, sino, también, históricamente.

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