Juan Domingo Perón
Juan Domingo Perón nació el 8 de octubre de 1895 en la ciudad de Lobos, provincia de Buenos Aires, Argentina. Egresó del colegio militar en 1913. Juan Domingo era un gran miliciano; muy aplicado y estudioso. En 1929, Perón se casó con Aurelia Tizón, aunque tan solo 9 años más tarde, Aurelia falleció a causa de un cáncer de útero, a los treinta y seis años.
Ya con 35 años, el General Perón se desempeñaba como profesor de historia militar. A fines de 1938, lo enviaron a Europa con el objetivo de analizar la situación bélica que se avecinaba. También, algo que lo marcó políticamente, fue su estadía en Italia, cuyo fin fue estudiar y vivir la ideología y pensamiento fascista desde adentro. Tanto Mussolini como el fascismo en sí, fueron cosas que Perón tenía en lo más alto de su espectro ideológico. Más adelante, ya en el poder, llevaría a cabo medidas y políticas relativamente similares a las de Il Duce.
Retornado a su país, en 1941, Juan Domingo fue ascendido al grado de coronel, gracias a su laborioso y distinguido estudio de campo en el viejo continente. Para 1943, Perón ya era miembro del G.O.U (Grupo de Oficiales Unidos), logia militar con fuertes doctrinas nacionalistas. El 4 de junio de ese mismo año, la organización llevaría a cabo un golpe de Estado que tendría como desenlace el derrocamiento del presidente de la época Ramón Castillo. Quien tomó el cargo de presidente fue Arturo Rawson, aunque, tres días después, sería destituido nuevamente por otro cabecilla del G.O.U., el general Pedro Pablo Ramírez.
Una vez ya llevado a cabo el golpe, a Perón le asignaron la secretaría del Departamento Nacional del Trabajo. Este puesto sería fundamental en la vida política de Perón. Un puesto con poca importancia, alejado de las cámaras y los problemas de la época, pero que Perón sabría aprovechar y exprimir al máximo.
En 1944, además de desempeñarse en lo que ahora se llamaba Departamento de Trabajo y Previsión, el General Perón fue designado secretario privado del ministro de guerra: Edelmiro Farrell. En febrero de ese año, el dúo Farrel-Perón desplazó a Ramírez del cargo de presidente. Farrell se proclamó como el nuevo presidente y Perón fue su vice, manteniendo de igual forma sus antiguos cargos. Tanto en el puesto de vicepresidente como en el de secretario de trabajo y previsión, Perón se hizo de una gran fama y un gran apoyo popular.
A causa del enorme apoyo y el creciente poder político que Perón había adquirido, los altos mandos militares lo obligaron a renunciar a todos sus cargos el 8 de octubre de 1945. Cuatro días más tarde, Perón fue encarcelado en la Isla Martín García y hasta se llegó a planear su asesinato, aunque este nunca ocurrió.
Llegó el miércoles 17 de octubre y el pueblo salió a reclamar. Las clases populares y obreras decidieron convocar una multitudinaria movilización en la Plaza de Mayo pidiendo su liberación. Es el día de hoy que se conmemora el 17 de octubre como el “Día de la Lealtad Peronista”. Entre trescientas y quinientas mil personas se aglomeraron en el centro de la capital porteña al grito de “Liberen a Perón”. Lograron su objetivo: Perón fue liberado esa misma noche y se dirigió a sus simpatizantes desde el balcón de la casa rosada, a pedido del mismo Farrell, que le dijo: “estos locos nos van a quemar la casa de gobierno, salga al balcón y hábleles para que se vayan”.
Perón se casó con Eva Duarte, o Evita, el 10 de diciembre de ese mismo año y abandonó la carrera militar para meterse por completo en la política. Tal es así, que el 24 de febrero de 1946, la formula Perón-Quijano resultaría ganadora, dando lugar a la primera presidencia peronista.
En su primer mandato, sus políticas se orientaron, principalmente, al apoyo de las clases populares y obreras con la bandera de la “justicia social”. Algo característico de su administración fue el reconocido “primer plan quinquenal”. De formato similar al empleado en la URSS, constaba en proponer determinados objetivos en un plazo de 5 años con ayuda del Estado para la planificación económica.
Se impulsó fuertemente a la industria y a los sectores agrícolas. Perón sancionó el voto universal, en 1947, (innovando en la región con el voto femenino) y se instauró una regla de reconocimiento de los derechos políticos en nueves provincias, cuyos habitantes no podían elegir ni a sus propias autoridades.
En términos de política exterior, el peronismo adoptó una postura que en su momento llevó el nombre de “tercera posición”. Esto era mantenerse alejado tanto del capitalismo estadounidense, como del comunismo soviético.
Seis años más tarde, la formula Perón-Quijano volvería a ser electa luego de una holgada victoria y gracias a la reforma constitucional, ya que previo a esa modificación, la reelección no estaba permitida.
Antes de asumir su segundo mandato, Hortensio Quijano falleció dejando el puesto de vicepresidente vacante hasta abril de 1954. En 1952, Evita falleció a causa de un cáncer de útero.
El segundo mandato no se compara con el primero. Los resultados no fueron los esperados y la inestabilidad económica sería uno de los causantes principales. Las clases trabajadoras ya no le brindarían el inmenso apoyo que le dieron en su primer gobierno, dado que las políticas sociales y económicas no fueron reflejadas en el segundo mandato.
Además, Perón se ganó un fuerte enemigo: la Iglesia. Esto se dio a causa de la ley que promulgó el presidente, la cual permitía el divorcio y la apertura de establecimientos donde se ejercía la prostitución.
El desequilibrio político y económico llevaría al golpe militar de 1955, conocido como “La Revolución Libertadora”. Perón se exilió en diversos países luego de ser derrocado aquel 19 de septiembre del año 55. Su destino fue Madrid, en donde se asentó hasta 1973. En Madrid, Juan Domingo se casó por tercera vez. En esta oportunidad con María Estela Martínez, o como es comúnmente conocida, “Isabelita”, a quien había conocido en Panamá, años antes, en el exilio.
Mientras tanto en el país, el gobierno de facto había instaurado la “proscripción del peronismo”. Dicho decreto establecido por la junta militar no permitía ningún tipo de uso político que hiciera referencia al partido peronista ni justicialista y/o al mismo Perón. Su propaganda estaba prohibida, así como también las marchas en apoyo al expresidente. Incluso mencionar su nombre era penado por la ley.
Finalmente, en junio de 1973, Perón volvió al país. Luego de algunos confusos sucesos políticos y legales, a Perón lo dejaron participar de las próximas elecciones, pero para ello debía tener cierto tiempo instalado en el país. Esto, técnica y legalmente, lo imposibilitaba a presentarse. Es por esto que convocó a su colega de confianza Héctor Cámpora a participar. Así, con el apoyo de Perón y el lema “Cámpora al gobierno, Perón al poder”, el partido justicialista volvió a ganar las elecciones.
En julio de 1973, Cámpora renunció al poder dando lugar a unas nuevas elecciones, esta vez con la posibilidad de que el General Perón se pudiera presentar. Como era de esperarse, la formula Perón-Perón (con Isabelita en el cargo de vicepresidenta) ganó las elecciones con un 62 % de los votos.
El 1 de julio de 1974, Perón falleció a causa de un paro cardíaco, dejando así, a su propia esposa en el cargo de presidente. Su cuerpo fue velado en el Congreso de la Nación.
En 1987, después de trece años de su muerte, su ataúd fue profanado y le sustrajeron las manos del cadáver. Nunca se supo ni el destino de sus manos, ni los responsables de dicho episodio. Es así como su imagen quedó inmortalizada en el espectro político argentino. El General Perón fue líder de un movimiento y fundador del partido político argentino con más afiliados en la actualidad, incluso luego de casi 50 años desde su fallecimiento.