Leonardo da Vinci
Leonardo Da Vinci fue el polímata más importante de la humanidad; una persona que estudió diversas ramas del conocimiento, tanto de la ciencia como del arte. En tan solo 67 años de vida, Da Vinci fue pintor, ingeniero, anatomista, escultor, arquitecto, paleontólogo, escritor, artista, botánico, filósofo, músico, científico, inventor, urbanista y poeta.
Leonardo nació el 15 de abril de 1452 en Vinci, dentro de la república de Florencia (que en aquel entonces nada tenía que ver con lo que hoy conocemos como la Italia unida). Fue hijo ilegitimo, ya que su padre dejó embarazada a una joven campesina y él estaba comprometido para casarse. Por estas razones, su padre no lo crió, sino que lo mandaron con su abuelo.
En aquel entonces, no se solía utilizar el apellido paterno o materno, sino que se acostumbraba a hacer referencia a de dónde provenía aquella persona o de quién era hijo. Solo las grandes y adineradas familias utilizaban apellidos familiares. Por lo que el verdadero y completo nombre del polímata es: Leonardo di ser Piero da Vinci. Es decir, “Leonardo, hijo de Piero, de la ciudad de Vinci”. Al haber sido hijo ilegitimo y haber sido “abandonado” en su niñez, Leonardo decidió “borrar” la referencia a su padre y dejó su nombre completo como Leonardo da Vinci. Si bien Leonardo nunca fue reconocido como hijo, tuvo 12 hermanastros de parte de su padre.
A los 5 años, Leonardo ya leía y escribía. Algo totalmente impensado para esa época, y mucho menos proviniendo de una familia no adinerada ni acomodada. Fue su abuela paterna, algunos años más tarde, quien lo inició en el mundo de las artes. No pasó mucho tiempo hasta que su familia y él mismo se percataran de que era un dotado para el arte. De a poco, Leonardo le fue dedicando tiempo hasta llegar al punto de, a corta edad, vender piezas de arte.
A los 17 años probó suerte y se presentó para trabajar como aprendiz en el prestigioso taller de arte de Andrea Verrocchio, uno de los tantos artistas que trabajaba nada más y nada menos que para Lorenzo de Médici. Las tareas de Leonardo eran más que nada básicas, como asesoramiento o mantenimiento del taller.
De a poco, por su cuenta y con la ayuda de Andrea, comenzó a aprender química, metalúrgica, carpintería, mecánica y más. También, empezó a incursionar en el dibujo y la escultura. En 1478, con 26 años, el alumno ya superaba al maestro en absolutamente todas las disciplinas. Es por esto que Leonardo decidió abandonar la escuela de Verrocchio y se inclinó por trabajar y desarrollarse como artista por su propia cuenta.
Se le encargó que pinte La adoración de los magos, obra que nunca llegó a terminar, probablemente, por la depresión que estaba sufriendo por no ser elegido como encargado para pintar y embellecer La Capilla Sixtina, trabajo que le fue delegado a otro gran artista de la época, Miguel Ángel.
Sin un certero porqué, Leonardo comenzó a escribir de manera especular, es decir, de derecha a izquierda. Algunas teorías dicen que esto se debía a que no quería que la gente leyera sus notas, aunque la hipótesis más lógica es que Leonardo era zurdo.
Lorenzo de Medici envió a Leonardo a la ciudad de Milán para regalarle al duque de la ciudad, Ludovico Sforza, una lira de plata con forma de cabeza de caballo. Además de esto, Lorenzo le regaló al mismísimo Leonardo da Vinci como obsequio, para que le encargara él mismo lo que más le gustara.
Fue así como Leonardo abandonó Florencia, para vivir en Milán. En esta época, con 41 años, Leonardo empezó a incursionar en el estudio de la naturaleza y el medio ambiente. Hasta se convirtió en vegetariano. Solía comprar aves enjauladas con el único fin de ponerlas en libertad. Leonardo era un verdadero apasionado por la naturaleza.
Da Vinci era un profundo erudito de la anatomía humana. Escribía y dibujaba mucho de lo que aprendía acerca de la biología del ser humano. Diseccionaba cadáveres humanos y animales con el propósito de estudiarlos; a escondidas de la Iglesia, claro. La inquisición de aquella época lo hubiese censurado y asesinado. Leonardo comparaba los organismos de los distintos animales con los de los seres humanos con tal de entender la función y la mecánica de los distintos órganos.
Entre 1494 y 1498, pintó el famoso fresco de La última cena, obra que hoy en día sigue estando en la ciudad de Milán. Desde aquella ciudad se mudó a Venecia. Allí trabajó como arquitecto e ingeniero militar. Fue gracias a sus conocimientos, y la creciente amenaza de una invasión turca a la ciudad de Venecia, que Leonardo inventó diversos artefactos bélicos con el fin de utilizarlos en la guerra.
Leonardo vivió en Milán, Roma, Florencia y Francia y alternaba entre trabajos de arquitectura, ingeniería, investigación y pintura.
Otra vez en Milán, entre 1503 y 1506 y, posteriormente, entre 1510 y 1515, pintó su obra más famosa: el retrato de Lisa Gherardini, mejor conocido como La Gioconda o La mona lisa. No se sabe con certeza porqué debió abandonar y retomar la obra cuatro años más tarde. Lo que sí se sabe es que Leonardo pintó al menos tres capas de la misma pintura, una arriba de la otra. Es por eso que terminar la obra le llevó ocho largos años.
Leonardo estudió la física, la luz, la óptica, la hidrología, la química, la matemática y mucho más. Fue el primer científico que supo responder a la pregunta ¿por qué el cielo es de color celeste?
Volvió a Roma para trabajar con el Papa León X. Sin embargo, ya en los últimos años de su vida, Leonardo entró en una gran depresión a causa de ser poco solicitado y contratado.
En 1515, el Rey Francisco I conquistó Milán y le encargó a Leonardo la realización de un león mecánico que abriera su boca y despidiera una la flor de lis, símbolo de la monarquía francesa. Este puede que sea el primer objeto autómata de la historia, algo así como el primer robot.
Al año siguiente, el Rey de Francia le regaló un castillo en donde vivir. Allí trabajó y se instaló hasta que falleció, el 2 de mayo de 1519, a los 67 años.
Leonardo no estuvo nunca casado y no tuvo hijos. Su trabajo y su personalidad reservada no le permitieron llevar adelante una gran vida social. Dejó todo su legado a Francisco Melzi, uno de sus discípulos. Incluso el cuadro de la Gioconda. Melzi no vendió ni se deshizo de nada.
De los cerca de cincuenta mil documentos originales de Leonardo Da Vinci, tres cuartas partes se perdieron. Por lo que hoy solo se disponen de cerca de trece mil. La mayoría de ellos permanecen hoy en día en el archivo general del Vaticano.
Entre sus tantos inventos se encuentran: bombas hidráulicas, un camión a vapor, un submarino, una especie de automóvil, una suerte de tanque de guerra, una calculadora y hasta un prototipo de una bicicleta. Leonardo Da Vinci fue una mente brillante, que, además de dejar su legado como artista, dejó su huella en lo que respecta a la arquitectura, la ingeniería, la biología y la anatomía humana.